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martes

Mujer escéptica

Ha dormido siempre frente a la habitación de sus abuelos y todavía cuando él se viste acelerado para dirigirse a un trabajo al que siempre llega tarde, se inquieta pensando que ellos van a entrar a sorprenderla. Lo mira mientras se cubre del frío con las mantas y aparta de su vista el flequillo negro y liso que siempre la ha acompañado. Él sale apresurado mientras le lanza un beso silencioso. Sube en el coche tratando de negarse todo lo que hará que esa nueva relación no vaya a funcionar. Se olvida de su edad, y de su hijo, de su taimada exmujer y su familia, y solo piensa en el olor que le deja su cuerpo al despertar.

Ella escucha como el coche se aleja en la distancia y se adormece de nuevo pensando en él. No cree que vaya a ser el hombre de su vida -aunque tal vez lo crea- sólo porque ya no le gusta pensar en esas cosas. Hubo un tiempo en el que le gustaba ilusionarse, hablar de príncipes azules  y de amores para toda la vida pero ahora ha perdido esa inocencia y han cambiado muchas cosas. Ya no necesita alguien en quien sostenerse ni proyectos de futuro. Le basta con vivir el presente y no pensar más allá de este tibio amanecer. 

Acaba de cumplir los veinte años.

4 comentarios:

A.M. dijo...

Qué bonito!!!!:)

Lydia dijo...

20 años no es nada para pensar así ya. 29 sí :) pero 20...
Es estupendo el texto. El decorado y los olores y hasta el sonido son capaces de envolverte.

ChusCaleri dijo...

Pues creo q la clave es esa... Q acaba de cumplir 20 años. Pero t hace reflexionar. Yo con casi 40 aún tengo ilusión...

iliamehoy dijo...

el escepticismo paraliza las emociones y amordaza el corazón; las caricias saben a menos y la felicidad asoma bajo fianza.
Dulce, hermoso y tierno a pesar de todo.
Una sonrisa