En los ojos perdidos de la niña del semáforo
en su iquietante gesto
y en su inocencia intacta.
En su mochila azul.
en su pelo recogido
y su blanca piel
En su camisa alocada
y su impaciente espera
en sus manos vírgenes.
Vi tus ojos
tu gesto
y tu inocencia aquella.
La piel bajo tu pelo
la desesperación
fundida en tus manos
cuando ya no eras virgen
Y supe así
que todavía no habías muerto.
©José Luis Pineda Requena
3 comentarios:
José Luis...parece que el amor verdadero, nunca muere. Me encantó tu poema, estás inspirado mi querido capitán, eso es bueno. Me alegro mucho de ello.
Te quiero, lo sabes?.
Un beso.
Me gusta leerte José Luis, no sabes bien cuanto. Es un placer.
Un saludo.
Deja ya las calenturas,te podrías inspirar un poco más en tus articulos sobre el atléti y olvidate ya de tanto rollo juvenil, que parece que estudias enfrente de un colegio de pago de adolescentes.
Yo también te quiero lo sabes?
bsos desde MEXICO y vente ya para acá maricón.
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