El Atlético de Madrid está labrándose en las últimas dos décadas una inusitada estadística que destroza como ninguna otra cosa en este mundo a sus seguidores y que deriva en la incapacidad de ganar al rival cuya derrota es siempre la más deseada. Acostumbrado infortunio, atracos perpetrados por arbitrajes nefastos siempre en el mismo sentido, goles de primer minuto, goles de descuento y otras muchas han sido las excusas con las que los aficionados han enjugado sus heridas y los responsables del equipo han disimulado su incompetencia, pero lo cierto es que este nuevo Atlético de las sociedades anónimas se está volviendo incapaz ante el eterno rival.
De un tiempo a esta parte, –y es importante destacar eso- cuando un derbi comienza, el Atlético desarrolla una espantosa destreza para autoinmolarse ante el espanto de sus fieles y nada, ni la historia ni el deseo ni tan siquiera la necesidad son suficientes. El resultado es siempre el mismo, una especie de suicidio lleno de complejos. Alguien debería buscar una solución a ese problema que está convirtiendo las noches de derbi en noches de terror a la orilla del río, alguien debería ser capaz de demostrar a todos esos niños, valientes en la tormenta, que sí es posible ganarle al Madrid. Y alguien, de una vez por todas, debería intentar comprender lo que de verdad eso representa para todo el que vive la vida en rojo y blanco.
©José Luis Pineda Requena
Córdoba, 19 de octubre de 2008
1 comentario:
... Y de paso también nos deja a los culés con las ganas de ver caer a los merengues.
Un abrazo José Luis, y seguro que en el Bernabeu os quitais la espina, ¿o que tal en la Champions?, que gustazo no?, eso si sería la bomba. Quien sabe si no se van a encontrar en el camino.
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