Páginas

lunes

Crisis

Al entrar en la nave vio el saco de cebollas en la esquina, estaba manchado. Los vecinos todavía no habían venido a recogerlo, así que era de esperar, con estas calores. Se agachó con dificultad y vertió el contenido en el suelo, fue tirando a un cubo todas las que estaban tocadas y cuando hubo terminado, volvió a colocar las buenas en el saco. Tenía que sacar a comer a las ovejas pero pensó que podrían esperar un poco, así que cargó el saco en el coche y de dispuso a llevárselas a Julián. Al coche le costaba cada vez más arrancar, era demasiado viejo. El trayecto era corto pero intentó poner la radio, era un tic que no había conseguido salvar por más años que llevase la radio estropeada. Cuando llegó, el vecino se sentió un poco avergonzado por no haber ido por él mismo a recoger las cebollas, encima de que eran un regalo, y esbozó una excusa tratando de echarle la culpa a la mujer, que no estaba presente. Cargó el saco y lo dejó en el porche de la casa con mucho agradecimiento, al tiempo que le preguntaba por su mujer, por cómo estaba de los achaques y el hombre encogió los hombros y contestó con eufemismos. Había dejado el coche arrancado, la visita duró poco, cuatro preguntas de cortesía y entonces volvió, lo esperaban las ovejas para salir a pastar, este año la sequía había adelantado los pastos y eso traería menos leche y también menos quesos. Habría que confiar en que la temporada de la aceituna viniera buena.

No hay comentarios: