En aquel tren, camino de Lisboa,
en el asiento contiguo, sin hablarte
-luego me arrepentí.
en Málaga, en un antro con luces
del color del crepúsculo, y los dos muy fumados,
y tú no me miraste.
De nuevo en aquel bar de Malasaña,
vestida de blanco, diosa de no sé
qué vicio o qué virtud.
En Sevilla, fascinado por tus ojos celestes
y tu melena negra, apoyada en la barra
de aquel sitio siniestro,
mirando fijamente -estarías bebida- el fondo de tu copa.
En Granada tus ojos eran grises
y me pediste fuego, y ya no te vi más,
y te estuve buscando.
O a la entrada del cine, en no sé dónde,
rodeada de gente que reía.
Y otra vez en Madrid, muy de noche,
cada cual esperando que pasase algún taxi
sin dirigirte incluso
ni una frase cortés, un inocente comentario...
En Córdoba, camino del hotel, cuando me preguntaste
por no sé qué lugar en yo no sé qué idioma,
y vi que te alejabas, y maldije la vida.
Innumerables veces, también,
en la imaginación, donde caminas
a veces junto a mí, sin saber qué decirnos.
Y sí, de pronto en algún bar
o llamando a mi puerta, confundida de piso,
apareces fugaz y cada vez distinta,
camino de tus mundos, donde yo no podré
tener memoria.
Felipe Benítez Reyes
4 comentarios:
Capitán...me gusta mucho el poema, es la búsqueda perfecta de los sueños..."apareces fugaz y cada vez distinta camino de tus mundos, donde yo no podré tener memoria".
Un beso ...te espero!
Y pensar que esas palabras llegan a ser tan comunes de lo esperado... :(
Saludos y buen día :)
[] kurotashiO!
Muy lindo este poema y la historia de Margarita me agrada mucho tu sensibilidad.
Lo demás me lo he perdido solo por tiempo pero volveré.
Saludos.
Creo que como en este poema, jamás dejamos de buscar ese amor que tenemos idealizado. Existe? O nos pasaremos toda la vida en pos de esa quimera, quizá desperdiciando verdaderos amores...
Un abrazo
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